Una lista VIP a costa del contribuyente
El Club de Campo Villa de Madrid, dependiente del Ayuntamiento (PP) y cuyas instalaciones se han financiado con dinero público, tiene una lista de espera de miles de personas y varias décadas. Pese a su carácter municipal, sus 22.000 socios disfrutan a precio simbólico de unos servicios que para el resto de ciudadanos tienen un coste prohibitivo. Excepto si se posee una tarjeta VIP.
Los hay que la tienen como atención protocolaria, en virtud de su cargo (concejal de Madrid, presidente del Gobierno o de la Comunidad, patrocinadores, etcétera). Pero también existe un largo listado de tarjetas VIP más dudosas. En 2011, la tenían, por ejemplo, el extesorero del PP Luis Bárcenas, el asistente de José Luis Rodríguez Zapatero, la hermana de la presidenta regional, grandes empresarios, el instructor de equitación de la infanta Elena, el hermano de Mariano Rajoy, la familia al completo del aspirante al trono de Francia y un grupo de influyentes periodistas. Así, hasta sumar 650 tarjetas, la mayoría difícilmente explicables.
La diferencia entre tener o no tener pase VIP es fácil de cuantificar: una madrileña podría haber ido ayer al Club de Campo a bañarse en la piscina cubierta, mientras su acompañante sudaba en el gimnasio antes de unirse al chapuzón. Precio total: 172 euros. Si uno de ellos hubiera tenido tarjeta VIP, les habría costado 11,50.
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